El primer disco de Ivo Blanek nace después de tres años de trabajo duro y cuidadoso en composición, grabación, mezcla y master. Un disco que, según las palabras de José Miguel Carrasco, crítico musical de la revista Sevilla Disonante, "su degustación y escucha es deliciosa".
Criado entra Málaga y Granada, pero sevillano de adopción, se inició en el mundo de la música con tan sólo seis años. Desde entonces, y después de haber forado parte de diferentes proyectos musicales, decidió centrarse en crear su "propio sonido" mezclando el jazz con toques de blues, charlestón, rockabilly y bossa nova. Un cóctel que ha dado como resultado diez canciones en las que, siendo fiel al origen reivindicativo del jazz, no se habla de amor. Temas como la pederastia en la Iglesia o el sentimiento de los refugiados al tener que abandonar su país forman parte del disco.