Un espectáculo en el que se refleja otra realidad del viaje de Lorca a Nueva York. Una realidad en el que las fiestas, las noches en los clubs de jazz, los viajes por el país y la música son los verdaderos protagonistas.
Un sueño que se tornará pesadilla cuando, en octubre de 1929, presencia el "crack de Nueva York".
La canciones populares que Lorca grabaría en 1931 se convierten en la Banda Sonora Original de estos acontecimientos en ritmo de jazz, blues, swing o charlestón.